Jugamos el nuevo Call of Duty, luego de varias horas de juego y pasar su campaña, te contamos nuestra opinión final
Activision sacó a la venta este 5 de noviembre, el nuevo trabajo de Sledgehammer Games, a quien parece que le va muy bien con las entregas de Call of Duty basadas en la Segunda Guerra Mundial. El juego llegó a PC, PlayStation 4, PS5, Xbox One y Xbox Series X/S. Nosotros probamos la versión de Series X y te contamos nuestra opinión.
Vanguard está basado cerca al final de la Segunda Guerra Mundial. Luego de la caída de Hitler, 5 hábiles operadores tendrán que acabar con Hermann Wenzel Freisinger, despiadado oficial nazi y villano principal de este título. Cada uno de estos 5 operadores: Lucas, Wade, Richard, Polyna y Arthur, provienen de lugares distintos, en su mayoría, y se encuentran siendo prisioneros, luego de sobrevivir diferentes adversidades. Claro, estos no serán los únicos personajes jugables en el multiplayer, ya que en ese modo tendremos un total de 12 personajes, divididos en 4 tipos.

Respecto a la campaña, esta se divide en 9 capítulos, que no son precisamente cortos. Incluso algunos episodios pueden llegar a durar una hora. La dificultad de la campaña podría estar muchas veces por encima del juego anterior, hablando de la dificultad normal, por lo que buena parte del tiempo que invertiremos en esta campaña será precisamente volviendo a intentar alguna parte donde nos mataron, sobre todo teniendo en cuenta que en los primeros capítulos, muchas veces hay unos checkpoints muy distanciados.
Como Sledgehammer Games nos tiene acostumbrados, tenemos una campaña sólida, pulidas, cargada de detalles en los escenarios y en el aspecto narrativo, pero que generalmente son más aburridas. Las campañas que la desarrolladora nos tiene acostumbrados no están elabora como para generar cliffhangers, cruces de línea o momentos que te dejen la boca abierta, cosas por las que se caracterizan los desarrolladores de Infinity Ward, quienes están a cargo de los Modern Warfare. Sin embargo, y a diferencia de WWII, vemos más esfuerzos de romper el molde y ofrecer algo diferente.