Análisis: Doom The Dark Ages

 Cerrando una trilogía super sólida, The Dark Ages nos da más contenido y más acción que sus antecesores



El 15 de mayo, Bethesda publicó Doom: The Dark Ages para PS5, Xbox Series y PC. El juego además está disponible para Game Pass y Game Pass PC. Nosotros ya lo jugamos y te contamos nuestra opinión.

DOOM: The Dark Ages nos transporta a los orígenes más oscuros del Slayer, en una precuela brutal que reinventa la saga desde una estética medieval infernal. Cambiando las instalaciones futuristas por fortalezas góticas, el juego mantiene la esencia frenética y sangrienta de la franquicia, pero con un enfoque más pesado, táctico y visceral. Esta nueva entrega nos pone en la piel de un guerrero más corpulento y furioso, armado con herramientas como el escudo-sierra y el martillo del World Spear, mientras se enfrenta a hordas demoníacas en un universo donde el metal, el fuego y la sangre marcan cada paso. The Dark Ages no solo expande el lore del Slayer, sino que reafirma la ambición de id Software por evolucionar su fórmula sin perder su identidad.

DOOM: The Dark Ages mantiene intacto el eje de acción y reacción rápida, característico de la saga, pero introduce cambios clave que le dan una identidad propia. Si en DOOM Eternal el combate era una danza de velocidad, precisión y agilidad, aquí la acción se siente más pesada, cruda y deliberada. El ritmo es menos frenético, pero no necesariamente menos intenso: el diseño apunta a un combate más táctico, con énfasis en el posicionamiento, la gestión de recursos y el uso inteligente de nuestras armas y habilidades.


El Slayer ahora cuenta con herramientas nuevas, como el escudo-sierra, que permite bloquear ataques, atacar cuerpo a cuerpo con violencia y lanzarse contra enemigos como un proyectil devastador. También destaca el martillo del World Spear, un arma de gran impacto que puede alterar el ritmo de combate y limpiar zonas de enemigos con un solo golpe. Estos elementos no solo aportan variedad, sino que exigen al jugador adaptarse constantemente y buscar el momento adecuado para usarlos.

Otro de los grandes añadidos es el uso del dragón meca, que abre la puerta a secciones de combate aéreo al más puro estilo shooter sobre rieles, dándole al juego una escala épica y una variedad visual notable. También contaremos con un robot gigante el cual podremos manejar en ciertos momentos para destruir a los demonios de mayor tamaño, acá el ritmo se vuelve un poco más lento, pero la fuerza de ataque es mucho más intensa. Digamos que el uso de estos mecas sirven para darle un respiro al ritmo de acción frenética que tiene el juego en el resto de niveles en general.

Aunque a pesar de los nuevos elementos, la estructura sigue girando en torno al clásico "loop DOOM": matar para sobrevivir. Recuperar vida con ejecuciones, obtener munición con la motosierra y generar armadura con el lanzallamas o las nuevas armas se mantiene como núcleo jugable. Claro, ahora todo está teñido por una atmósfera más densa y medieval, que condiciona tanto el ritmo de los enfrentamientos como la arquitectura de los niveles.


El sistema de ejecuciones sigue siendo clave, momento para buscar rápidamente el golpe final, así podemos recuperar algo de vida y municiones aprovechando estos golpes finales. A esto se suma una nueva capa de estrategia gracias a las funciones secundarias de algunas armas, que permiten romper escudos, interrumpir ataques o generar áreas de control.

En cuanto a los coleccionables, el juego conserva el espíritu de anteriores entregas: encontrarás documentos, juguetes, mejoras ocultas y secretos que incentivan la exploración, para romper un poco la linealidad que nos propone el juego.  Aunque el diseño de niveles tiende a ser más compacto y menos vertical que en DOOM Eternal, sigue habiendo rutas alternativas y desafíos secundarios que premian la curiosidad del jugador.

El diseño de los menús mantiene una estética funcional, pero más ornamentada, en línea con la ambientación medieval-fantástica. Todo está claramente dispuesto, con la clásica rueda de acceso rápido a armas, equipamiento de mejoras y más. El sistema de progresión permite personalizar el estilo de juego, potenciando habilidades específicas del Slayer o sus armas, lo cual añade una capa de profundidad sin entorpecer el ritmo.



Contamos con un sistema de mejoras muy amplio, dividido en 3 ramas, armas, escudo y cuerpo a cuerpo, a su vez el de armas se divide en un apartado por tipo de arma. Todas estas mejoras se realizan a cambio de oro, el cual encontraremos regado en varias locaciones de cada fase. Algunas mejoras solo serán a cambio de Rubíes, una piedra preciosa más escasa que también puede encontrarse, aunque en mucho menor cantidad, en cada fase. 

La dificultad del juego es muy versátil. Lo ideal sería jugarlo en Hazme Daño (modo normal), pero encontrarás obviamente también dificultades menores y mayores. Incluso puedes manipular la dificultad del juego sin cambiar la dificultad base, pues en las opciones habrán opciones para aumentar o disminuir nuestro ataque, y alterar también el daño que nos hacen los enemigos.

Respecto a la duración, el juego está dividido en 22 capítulos. La duración promedio del juego puede estar entre las 18 y 20 horas, pero podría ser menos o más, dependiendo nuestras habilidades, dificultad del juego, y cuantas veces lo estemos jugando. Los capítulos tienen distintas duraciones, hay capítulos que podremos superar en 20 minutos, y hay otros que podrían tomarnos hasta 2 horas en superar.




 Cuando superamos por primera vez un episodio, se nos indicará cuantos de los coleccionables, dinero y rubi de cada nivel hemos encontrado, además nos muestra un porcentaje de completado. Si quieres ser completista, podrás rejugar cada episodio hasta que esté al 100%, y así sabrás que ya no te queda nada por descubrir.

En lo visual, DOOM: The Dark Ages mantiene la base gráfica de sus dos antecesores, pero también representa una pequeña evolución en términos técnicos y un gran cambio en su diseño artístico, al intentar reflejar una esencia medieval, muy distinta al infierno futurista del que estábamos acostumbrados. Algo que me gustó mucho es el desempeñó que tiene el juego en consolas, y que no nos da a elegir entre calidad y rendimiento, intentando hacer un equilibrio entre ambos, tratando de no abandonar la calidad gráfica, pero teniendo como meta ir por los 60 FPS estables. 

En el apartado sonoro, el juego vuelve a destacar con una banda sonora demoledora, esta vez con un enfoque distinto: si DOOM Eternal estaba dominado por riffs electrónicos y metal industrial, The Dark Ages introduce una mezcla más tribal, oscura y ceremonial. Se combinan elementos de percusión pesada, coros litúrgicos y guitarras distorsionadas para crear una atmósfera sonora brutal y ritualista, muy acorde con el nuevo contexto.

Los efectos de sonido también son sobresalientes. Cada arma tiene un rugido propio, cada impacto se siente con contundencia, y los gruñidos demoníacos o los ecos en las fortalezas añaden inmersión constante. El diseño sonoro es, como siempre en la saga, una herramienta más del combate: ayuda a identificar amenazas, ubicar enemigos fuera de cámara o anticipar ataques.



Conclusión: 


DOOM: The Dark Ages logra transformar su fórmula a otro contexto, sin traicionar su esencia, ofreciendo una de las experiencias más pesadas, brutales y viscerales de la saga. El cambio de ambientación al medievo infernal no es un simple giro estético, sino una transformación que afecta al ritmo, al diseño y al tono general del juego.

Los nuevo objetos de batalla suman al combate más complejidad y estrategia, sin perder la intensidad que define a la franquicia. Mientras que a través de las secuencias de mecas, tenemos pequeños respiros del ritmo frenético característico de DOOM, lo que logra hacer que pese a que el juego sea el más largo de todos, no se sienta repetitivo ni agotador

Lo que no me convence del todo, es la facilidad que te da el juego para alterar su dificultad, incluso aún sin cambiar la dificultad base, lo que podría hacer que algunos jugadores que quieran explorar el juego rápido (en Gamepass, por ejemplo), no le den el valor debido a esta gran título.


Lo bueno

- Sigue siendo el mismo juego que tanto amamos, pero diferente

- Las nuevas mecánicas y armas enriquecen aún más el gameplay

- Gran duración

- Super rejugable


Lo malo

- Pese a todo, no sé si necesariamente necesitaba ser tan largo

- Muchas facilidades para alterar la experiencia del juego respecto a dificultad. (aunque esto es subjetivo) 


NOTA
90/100


Publicar un comentario

 
Copyright © No Soy Gamer. Gracias a OddThemes | Blogger