En poco más de una década, las pantallas móviles pasaron de simples paneles de 60 Hz a tecnologías avanzadas como las pantallas AMOLED con altas tasas de refresco. Hoy, ofrecen colores más vivos, negros profundos y movimientos mucho más fluidos, revolucionando no solo la forma en que vemos contenido multimedia, sino también la manera de jugar en el smartphone, donde cada detalle visual puede marcar la diferencia.
La tasa de refresco es la cantidad de veces que la pantalla se actualiza por segundo (Hz). Cuando esta se sincroniza con los fotogramas por segundo (FPS) del juego, la acción se muestra más nítida y estable, reduciendo estelas y tirones. En ese sentido, Jhair Olave, especialista de entrenamiento de vivo smartphone, comparte cinco claves para aprovechar esta tecnología y disfrutar de partidas más fluidas y precisas.
1. Más fluidez en pantalla
Una mayor tasa de refresco significa más imágenes por segundo y, por tanto, menor desenfoque al seguir objetivos en movimiento. En shooters, MOBAs o juegos de carreras, esto se traduce en trazos más definidos, horizontes más estables y animaciones más claras.
El vivo V50 Lite es un ejemplo de esta evolución: integra una pantalla AMOLED con frecuencias de 60 Hz, 90 Hz y 120 Hz, permitiendo elegir entre eficiencia para apps básicas o el máximo desempeño para videojuegos.
2. La rapidez del toque es clave
La experiencia de juego no solo depende de lo que se ve, sino también de la velocidad con la que la pantalla responde al tacto. Una respuesta táctil rápida refleja de inmediato cada movimiento de los dedos, lo que resulta esencial en títulos competitivos donde la precisión es decisiva.
3. Evitar cortes en la imagen
Cuando un juego no mantiene una velocidad de FPS estable, aparecen cortes o “tirones”. Los smartphones modernos corrigen esto sincronizando la tasa de refresco con el ritmo real del juego, lo que garantiza una acción continua incluso en escenas con gran carga gráfica.
4. Jugar sin agotar la batería
Mantener siempre la máxima tasa de refresco puede consumir más energía. Por eso, equipos como el vivo V50 Lite ajustan automáticamente la frecuencia de actualización según el uso: máxima fluidez en juegos y menor consumo en tareas simples. Esto asegura eficiencia energética sin sacrificar rendimiento ni provocar sobrecalentamiento.
5. No todos los juegos aprovechan la velocidad
Aunque cada vez más smartphones incluyen pantallas rápidas, no todos los títulos están diseñados para superar los 60 FPS. Algunos ofrecen modos de 90 o 120 FPS, pero depende del desarrollador. Identificar estos juegos y configurar correctamente el celular permite exprimir al máximo el potencial de la pantalla.
Una evolución clave para los gamers móviles
La tasa de refresco se ha convertido en un factor determinante en los videojuegos móviles, al mejorar la visualización del movimiento, ofrecer mayor precisión en los controles y garantizar una acción más estable. En este panorama, dispositivos como el vivo V50 Lite se posicionan como aliados ideales para quienes buscan un equilibrio entre fluidez, respuesta táctil y eficiencia energética.

 
 
 
 
 
Publicar un comentario