Análisis: Diablo II Resurrected

Diablo II recibe el remake merecido. Con un total lavado de cara gráfico, pero conservando cada cosa en su lugar.


El 23 de septiembre, Blizzard puso a la venta Diablo II Resurrected para PC, PlayStation 4, PlayStation 5, Switch, Xbox One y Xbox Series. Un remake gráfico, pero que mantiene su jugabilidad, tal cual como vio la luz aquel año 2000 para PC. Esta será la primera vez que Diablo II llega a consolas, y precisamente hemos probado el título en una Xbox Series X, usando mando y no con teclado y ratón como Dios manda.  A continuación, te contamos nuestro veredicto final. 

Diablo II toma lugar después de los eventos del primer juego. Diablo es derrotado bajo los pisos de la catedral en Tristan.  Tras su muerte se crea la piedra del alma, un objeto que sirve de prisión a la alma de este señor del terror. El héroe quien derrotó a Diablo decide incrustar la piedra en su frente por seguridad para que nadie se apodere de ella, sin saber que todo es parte del plan de Diablo, quien empieza a corromperlo poco a poco. Ahora un nuevo héroe tendrá que investigar que hay detrás de todo el terror que está volviendo a florecer en el mundo.


Para aquellos que aún no lo han jugado, estamos ante un RPG de vista isométrica donde en cada acto tendremos una mapa distinto que recorrer y explorar. En cada acto nos encontramos diversas gestas, las cuales actuarán como las misiones principales del juego. Al crear nuestro personaje, deberemos elegir entre amazonas, asesina, bárbaro, druida, hechicera, nigromante o paladín, dependiendo que elijamos tendremos unos stats bases, se definirá nuestra principal manera de pelear, que armas y/o armaduras podremos usar y nuestro árbol de habilidades. No nos atreveríamos a decir qué clase es mejor, ya que dependerá mucho de tu estilo de juego. Sin embargo, podríamos recomendar empezar con una de ataque físico cercano como paladín o bárbaro, pero como mencionamos, dependerá del jugador.

Nuestro personaje en cada acto, tendrá un pueblo que servirá como base, donde descansar,  gestionar tus objetos y demás, antes de salir de nuevo a la acción. Acá podremos comprar objetos o venderlos, identificar objetos antes de poder usarlos, restaurar tu equipo y armas gastados, reasignar tus puntos de stats y de habilidades, teletransportarte a cualquier zona donde ya hayas abierto el portal, comprar un mercenario o revivirlo, entre otras cosas. Este un safe point, y ningún enemigo podrá invadirlo, y teniendo en cuenta que no podemos poner pausa en el juego, volver acá también es una especie de break para nosotros. 

Cada misión nos invitará a la exploración de nuevas zonas y mazmorras, siempre con el objetivo de encontrar a alguien o encontrar algo, muchas veces también incluido el enfrentamiento a un temible boss. Nuestro personaje tendrá un comando fijo de ataque, y una serie de comandos equipables que requerirán PM o como los llama el juego, maná. Estos comandos los iremos desbloqueando en un árbol de habilidades, con precisamente puntos de habilidad. Este árbol será exclusivo para cada clase de personajes que existe. Cuando nuestro personaje suba de nivel, ganará uno de estos puntos y además puntos de atributos, que podremos gastar en el apartado que más queramos, entre: Fuerza, Destreza, Vitalidad y Energía


A nuestro personaje puede asignársele 2 perfiles de arma y de escudo, y además podrá equiparse piezas de armadura como piernas, pecho, guantes, casco y accesorios. Las armas y armaduras no solo nos ofrecerán aumentos de stats, sino tendrán bonificaciones especiales, según su rareza. Incluso, podremos encontrar muchos equipamientos con espacios para insertar runas, las cuales nos darán mejoras extra. 

Un detalle importante a tomar del juego es que cada vez que somos derrotados, perderemos nuestro dinero y armas/armaduras equipadas, quedándose exactamente en el suelo de donde fuimos derrotados. Para recuperarlas tendremos dos opciones, una es ir a buscarlas donde se quedaron, evitando ser derrotado de nuevo; y la otra opción es simplemente salir del juego, la armadura y armas aparecerán en el campamento, pero eso sí, perderemos el dinero. 



El juego puede abarcarse de manera solitaria y de manera online hasta de 8 jugadores (4 en Switch). Si bien es cierto, Diablo II es mucho más divertido y fácil en multijugador, habrán jugadores que quieran tener un viaje más personal y solitario. Nosotros quisimos estar dentro del primer grupo, lamentablemente el matchmaking en consolas aún no es tan bueno, y menos en una consola como Xbox Series, donde la mayoría de su público consume juegos del gamepass. En todo nuestro tiempo jugando, solo 2 veces tuvimos a un jugador conectado en nuestra partida, obviamente, esto es totalmente diferente si lo juegas en PC, ya que el público de Diablo II está concentrado especialmente ahí. Es así que nosotros terminamos en el 2do grupo de jugadores, haciendo un viaje más personal y solitario, comprando nuestro mercenario, vistiéndolo, y reviviéndolo de cuando en cuando. 

El juego ya no incluye el multijugador local LAN, que incluía la versión original de PC. Un modo que podría haberse aprovechado por algunos pocos en PC, pero que sobre todo se le pudo sacar jugo en Nintendo Switch. Cada jugador con su propia consola y su copia de Diablo, una excelente oportunidad para poder ser aprovechado en el campo o de paseo. Diablo II Resurrected tampoco incluye aquel multijugador local, en una misma consola, que incluía Diablo 3, puesto que el juego está diseñado para que el jugador siempre sea el centro de la pantalla, a diferencia de la tercera entrega. Esta inclusión podría haber afectado la experiencia de juego, y lo más importante, ya dejaría de ser un calco en lo jugable comparado a su versión original. 


Como mencionamos, esta es la primera adaptación de Diablo II a consolas, por lo que muchos tal vez duden si el mando pueda ser un buen remplazo del teclado y el ratón. Afortunadamente, salvo algunos detallitos, se puede decir que han adaptado el mando de manera perfecta. Como saben, la lista de comandos de Diablo II es larguísima, por lo que se ha tenido que asignar todos y cada uno de los botones a cada acción, y en amplios rasgos, conseguimos un control rápido y hasta intuitivo. Hay que destacar que el juego no ha hecho cambios en su sistema de menús, ni de acciones para poder ser compatible con los mandos, y los desarrolladores han logrado explotar los mandos para poder cubrir todas las acciones de juego existentes. Está de más decir, que los jugadores de Switch no podrán usar un solo joy-con para jugar.


Respecto a las mecánicas en general, el paso del tiempo se siente, pero en general siguen funcionando bien. El único problema que todos los jugadores podrían tener es usar la acción de recoger item inconscientemente, mientras que es estás peleando ya que ambas acciones usan el mismo botón. El juego sigue siendo tan adictivo como lo era antes, pero ya no sorprende. Ya no se siente como el RPG revolucionario sorprendente, sino como un RPG de mundo abierto por zonas entretenido y que funciona bien. El factor de encanto se ha perdido con el tiempo, hasta la historia pasa de ser mítica a una premisa simple, pero con harto texto.  Igualmente, el factor diversión, el de cooperación y de camarería, sigue siendo tan funcional como hace 20 años. 

Como muestra que estamos ante un calco jugable de la entrega del año 2000, el juego nos da la posibilidad de cambiar el aspecto gráfico entre tradicional a remake, con una simple combinación de botones. Ni siquiera hará falta poner pausa para observar el cambio gráfico entre ambas versiones, lo pixelado que lucía la versión original en sus 800x 600 y el grado de evolución que el juego ha tenido gráficamente en esta nueva versión.



Algo que reconocerle también, es la renovación total de las cinemáticas, que sirven entre acto y acto para contarnos de mejor manera sucesos de la historia. Sabemos que a Blizzard le encantan las cinemáticas, y Diablo II Resurrected no iba a ser la excepción. Definitivamente termina siendo un gran añadido, pero nos desanimó un poco el punto en que los videos estaban comprimidos. Algo que no nos explicamos, porque siendo precisamente rehechas para que sienten bien con el remake, se decidie comprimirlas tanto.  Si bien posiblemente la diferencia de resolución entre gameplay y videos, no se note en una PS4, Xbox One o Switch, la diferencia si fue muy llamativa en la Series X, y asumimos que lo será igual en una PS5 o en PC, jugandolo a 4K. 

Gráficamente el juego se ve extraordinario. Los gráficos han sido renovados intentando conservar el diseño de arte en lo posible. En Xbox Series X cuenta con modo calidad y rendimiento, en ambos modos la resolución siempre es dinámica según la situación en pantalla. Podríamos decir que en modo calidad el juego va a 4K con 30 fps, mientras que en el modo rendimiento va a 1440p con 60 fps. Algo similar sucede en PS5, teniendo estos dos modos con valores idénticos o muy similares. Nosotros recomendaríamos jugarlo a 60 fps, ya que el juego a esa fluidez, es una experiencia muy gratificante.

Respecto al sonido, se ha trabajado mucho más el sonido ambiental y los efectos de sonido. El OST también ha sido retocado sin perder su esencia, podría decirse que es lo que ha tenido el cambio más sutil en el audio. La mejor manera de comprobar el cambio de sonido por uno mismo, es ponerte unos headsets y cambiar del modo remastered al modo clásico, así podrás notar como cambia el sonido en ese mismo lugar donde se encuentra tu personaje. Diablo II Resurrected cuenta con un sonido envolvente super aprovechable con headsets, y si queremos jugar con home theater u otro sistema de audio envolvente, tendremos la opción de surround 5.1 y  7.1.


Conclusión: 

Diablo II Resurrected es el remake que merecía el juego. Un lavado de cara gráfico total, pero conservando cada cosa en su lugar. Si bien, 20 años pesan bastante para cualquier título, y sobre todo para los RPG occidentales, el juego sigue siendo tan adictivo y entretenido como lo era en el año 2000. Destacamos la buena implementación que le han dado al mando y la posibilidad de cambiar con un par de botones entre el aspecto nuevo al clásico. 

Lo bueno: 

- La posibilidad de jugar Diablo II en consola y con mando
- Incluye su expansión
- La posibilidad de pasar de modo remake a clásico con una sola combinación de botones
- Sigue siendo igual de adictivo

Lo malo
- El matchmaking en consola no es tan bueno como en PC
- Las cinemáticas debieron ser con resolución dedicada, dependiendo de la plataforma. Se siente que fuera video comprimido. 

NOTA
87/100

Análisis hecho con un código para Xbox brindado por Blizzard Latam*

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