Análisis: Divinity Original Sin II Definitive Edition

Un año después de haber sido lanzado en PC, llega la experiencia completa de este título a PlayStation 4 y Xbox One.


Luego de un año de su salida y de haber sido elogiado por el público y crítica, llega Divinity Original Sin II Definitive Edition a PlayStation 4 y Xbox One. ¿Funcionará igualmente el juego en consolas? ¿Se habrá logrado adaptar de manera correcta, precisa e intuitiva los controles? En las siguientes lineas, te contaremos nuestra opinión sobre el épico juego de rol.

Hablar de Divinity Original Sin es hablar de un increíble mundo mendieval donde existe magia, elfos, muertos, enanos, humanos y dragones. Un juego de rol americano que a primer vistazo puede hacernos recordar títulos como Diablo o Dragon Age, pero que goza de su propia personalidad.


Empezamos el juego en un barco rumbo a Fort Joy. No importa a quien elijas como tu personaje inicial, tú y otros prisioneros del barco están siendo trasladados a esta fortaleza porque no hay lugar en el nuevo reino para gente que pueda hacer algún tiempo de magia. Todos estos transferidos viajan con un collar verde que impide de alguna manera desatar tus verdaderos poderes y así los 'Magisters' puedan controlar su traslado.

Tu misión será salir del barco, conseguir aliados, buscar alguna manera de quitarse los collares y escapar de la fortaleza para luchar contra los Magister y sus aliados.


Un mundo de posibilidades

Con Divinity Original Sin II podrías jugar de principio a fin 5 veces y nunca tendrías la misma experiencia de juego. Para empezar puedes eligir como tu personaje inicial entre enano, elfo, humano, lagarto, o cualquiera de las anteriores en versión muerto; elegir si quieres ser algunos de los personajes del juego o crear el tuyo; luego elegir si quieres ser brujo, clérigo, mago, mago de batalla, conjurador, encantador, guerrero, inquisidor, caballero, metamorfo, explorador, ladrón, asesino y viajero; y finalmente decidir tu talento y origen. Es así que sin haber iniciado tu juego, ya lo has empezado a personalizar.

Acto seguido empezarás tu historia en el barco que antes mencionamos. Ahí tú decidirás si salir haciendo perfil bajo o armar el gran desmadre y pelearte con quien se te cruce. Una vez pongas tus pies en Fort Roy, el mundo de posibilidades se multiplica, pudiendo salir del fuerte negociando, peleando de vez en cuando o matando a cualquier habitante, incluyendo aliados y comerciantes.

Podrás tener un equipo de 4 jugadores, pudiendo hacerte aliado de los personajes principales del juego. Lo que te dará la posibilidad de seguir también sus misiones e historia. Hay algunos lugares y conversaciones que solo se liberarán cuando pones al mando a cierto personaje, por lo que si deseas una experiencia de juego mucho más completa, puedes regresar a la fortaleza cuando desees a hacer los cambios de personajes que puedas.


Otra cosa que influye mucho en la personalización de tu partida y personajes es el sistema de puntos de mejora. Al pelear ganarás experiencia y subirás de nivel, pero tú eres el que decide que atributos subir y que habilidades y talentos mejorar, por lo que si has elegido inicialmente un mago, puedes personalizarlo para que también sea buen guerrero físico o viceversa, lo que puede ayudar mucho a la hora de balancear tu team.

Adaptarte con las mecánicas es como volver a aprender a jugar

Una de las preocupaciones más grandes de jugar en consola un título pensado para PC, es si se podrá adaptar correcta e intuitivamente todas las acciones del juego. Afortunadamente en este caso lo es así, aunque no por eso sea sencillo y fácil de aprender a jugar.

Empezar Divinity Original Sin II sin previa experiencia con la saga, pueda llevar a causarte la sensación de volver a aprender a jugar (o de frustración). La cantidad de opciones que te ofrece el juego no hace más que ayudar a que sintamos que estamos en un mundo desconocido tan perdidos como nuestro personaje principal.

Entre la travesía del barco inicial y el Fort Joy, será probable donde aproximadamente un 50% de jugadores abandonen el juego (datos según los trofeos de PlayStation 4). el otro 50% probablemente se haya empezado a adaptar a todas las mecánicas y reconozca como nosotros que está ante un gran juego.

¿Entonces por qué si los controles están perfectamente adaptados porque costaría tanto acostumbrarse a las mecánicas del juego? (Seguro se preguntaban eso) -  La respuesta es que son tantas las mecánicas y opciones que va a ser fácil que alguien nuevo en la saga o nuevo en los juegos de rol americanos isométricos de PC termine perdido entre ellas, pero poco a poco estas mecánicas irán siendo aprendidas por el jugador mientras se adentra en el título. Los controles solo facilitan de manera muy intuitiva el acceso a ellas.



Pero una vez que te adaptas empieza lo bueno

Es verdad que en Divinity hay mucho por aprender, pero una vez conoces todas las opciones que puede darte el juego, es cuando empiezas a disfrutarlo. Al rededor de 100 horas de juego te esperan en este inmenso mundo que se abre ante ti lleno de posibilidades. Explora, entrena, adquiere nuevo equipamiento, aprende nuevas habilidades, sube de nivel, cumple misiones y avanza con la historia principal, que estás a punto de no querer tocar otro juego por un buen tiempo.


La magia de las batallas

Sin lugar a dudas, el punto fuerte de este título son las batallas y no podemos escribir una reseña sin hablar de ellas. El sistema de batallas se maneja por turnos, al ser el turno de uno de nuestros personajes tenemos una cierta cantidad de estamina. Con ella podemos movernos, atacar, usar habilidades y objetos, pero cada acción nos la gasta. Por lo que en un turno podríamos aprovechar para atacar 2 o hasta 3 veces  a un enemigo en frente nuestro o podríamos usarla para caminar hasta un objetivo que esté lejos y atacarlo o lanzarse una habilidad si es que la estamina nos alcanza para hacerlo.

Nosotros y nuestros enemigos contamos aparte de nuestros puntos de vida con puntos de escudo físico y escudo mágico. Pongamos que un enemigo nos ataque con una espada y nos quite todo el escudo físico, entonces recién ahí podrá hacernos daño pero con golpes físicos, pues aún conservaríamos el escudo mágico, por lo que aún ataque mágico no nos haría daño aún y solo bajaría nuestros puntos de escudo mágico.

Mientras avancemos el juego, nuestros enemigos tendrán técnicas estratégicas más avanzadas. Nos lanzarán hechizos como llenar el escenario con acido o fuego para debilitarnos y quitarnos vida cada turno que realicemos mientras peleamos. Además podrán teletransportarse, curarse entre sí, maldecirnos, envenenarnos entre otras acciones que nos obligarán a sacar a flote a nuestro estratega que tenemos por dentro.

Sin duda, el sistema de batalla logra ser mucho más que el de un rpg por turnos convencional, llegándonos a hacer recordar bastante a los juegos de rol de mesa, pero con un aire fresco y renovado.




Juega solo, en linea con hasta 4 jugadores o con un amigo y un segundo mando

Una de las cosas que agradecemos a este título es tener la posibilidad de pasarlo con amigos. Aunque ,claro, el juego puede pasarse enteramente y sin ningún problema jugando solo, pero la experiencia de jugar con amigos y usar el chat de voz para coordinar las estrategias, torna el juego mucho más divertido.

El título también puede abrirse para que cualquier jugador en la red reciba tu invitación de unirse a tu grupo, pero debido a lo complejo de las batallas y lo largo que pueden llegar a ser las sesiones de juego, se recomienda jugarlo con tus amigos, con quienes tienes un mínimo de confianza o compromiso y sabes que no se suicidarían o dejarían tirados tus objetos por ahí para sabotearte el juego.

Es importante aclarar que los otros jugadores que se unan en campaña a tu partida no podrán usar los personajes de sus propias partidas, sino que tomarán el mando de los personajes que tú decidas darle en tu partida. Luego de que el jugador invitado abandone la sesión online, la progresión  de nivel, habilidades y objetos se mantendrá en tus personajes.



El modo Arena


Fuera del modo campaña también tenemos el modo arena, donde también se le puede sacar jugo a las funcionalidades online.

Se puede crear una partida como también unirse a una de ellas donde podremos marcar las reglas como por ejemplo el mapa (se pueden escoger de entre 13 diferentes mapas partidos para 2 hasta 4 jugadores), el límite de tiempo para cada turno del jugador y el número más de héroes por cada grupo.

Se puede elegir el número de casillas permitidas, el modo de juego 'Todos contra todos' y 'Matar al Rey'. También se puede incluir las habilidades 'Mutagenos', que se brindan a todos los héroes en diferentes turnos como por ejemplo: 'Muerte súbita', un mutágeno que se activa en el turno 7 que sirve para reducir al mínimo la vida de los héroes hasta que acabe la partida.

La música y los gráficos, los complementos perfectos

Si algo debe tener un buen RPG medieval es un buen soundtrack que haga sentir cada lugar del juego un sitio memorable. Divinity Original Sin II cumple eso con creces, siendo la banda sonora el complemento perfecto para sentir cada momento místico y épico.

Por otro lado, los efectos de sonido van muy bien y las voces con dejo inglés le terminan de dar el toque medieval necesario al juego.

En cuanto a gráficos, el nivel de detalle es bueno. Aunque podemos preestablecer una vista isométrica para hacer aún más old school el título, podemos habilitarla para mover la cámara a nuestro antojo y poder ver detalles faciales y de diseño de personajes, que aunque no destacan, no están nada mal.

Los escenarios son muy variados, destacando los lugares abiertos e iluminados como nuestros preferidos.  Los castillos y calabozos tienen su luz propia, pues están llenos de tantos detalles que hará falta tomar atención para poder apreciar todo sus detalles a totalidad.

El juego cuenta con HDR para quienes tengan televisores con esta opción. Además quienes tengan las nuevas versiones de consolas podrán disfrutarlo en 4k nativo (Xbox One X) y 4k escalado (PS4).




Conclusión: 

Divinity Original Sin II Definitive Edition sin lugar a dudas es uno de los mejores juegos de rol americanos de todos los tiempos. Cargado de un aire clásico, pero también de innovación, nos espera con los brazos abiertos para explorar su inmenso mundo y hacernos sentir la adrenalina de sus batallas. Mención honrosa a su multijugador cooperativo que hace que el título sea más divertido y atractivo aún.



Nota 93

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