El miedo terror psicológico está de vuelta y esta vez en Japón de los 60's. Una nueva historia y un ambiente fresco para volver a meternos en la entrañable Silent Hill. Nosotros lo jugamos y te contamos qué tal nos pareció.
Silent Hill f es un juego desarrollado por NeoBards y distribuido por Konami. El Survival Horror por excelencia está de regreso y en esta ocasión nos traslada a un Japón de los años 60. Un cambio radical para aquellos que estábamos acostumbrados a locaciones más urbanas y conexiones entre títulos. Sin embargo, esta manera de hacer el juego se siente fresco y novedoso para que de esa manera exista un antes y un después para la saga.
Silent Hill siempre nos mostró un género de terror más íntimo, ya sea por los escenarios perturbadores y por historias que exploran la mente humana como sus traumas y los miedos de los personajes. No era solo un juego de monstruos y niebla, sino una invitación a que nosotros seamos los protagonistas mostrando lados turbios del ser humano. Cada título clásico supo dejar huella con su atmósfera espesa, su música inquietante y esa sensación de que al jugar estemos tan inmersos que nos costaba mucho dejar de jugar ya sea por que a uno lo identificaba o porque tenías el deseo de saber más.
Es por ello que Konami ha confiado el desarrollo de Silent Hill f a una compañía taiwanesa como lo es NeoBards Entertainment, conocida por sus colaboraciones en los remakes de Capcom. La apuesta fue clara y era la de darle un aire fresco a la saga, sin perder el ADN del horror psicológico que la caracteriza. Y no es para menos, ya que la ambientación cambia drásticamente llevándonos a un Japón de los años 60 cambiando el clásico pueblo estadounidense. Sin embargo, esta variación es favorable puesto que en esta ocasión el pueblo donde ocurren los hechos se siente muy lúgubre sobretodo cuando nos llevan al otro lado. Esta entrega está disponible desde el 24 de setiembre.
Historia:
El juego está centrado en una nueva historia completamente independiente cuya ambientación nos lleva a una comunidad japonesa de los años 60 que empieza a sufrir sucesos extraños vinculados a una misteriosa expansión floral. Durante el juego y sin tocar temas que compliquen tu experiencia, los habitantes de la zona comienzan a experimentar fenómenos inquietantes, desde mutaciones físicas hasta conductas irracionales, todo acumulado en un ambiente de aislamiento y represión social. Este apartado es lo que le da un peso distinto a la historia, ya que no solo se trata de un horror individual, sino también colectivo, con una comunidad marcada por reglas estrictas y tradiciones opresivas.
Lo que quiere transmitirnos este nuevo Silent Hill f a diferencia de los títulos clásicos es un contraste muy marcado. Por un lado en los juegos originales veíamos escenarios oscuros y con un fuerte peso en la decadencia urbana, pues acá se apuesta por un entorno natural y rural, tenien do como protagonista a la flora como elemento de horror. Es esa diferencia estética y cultural que nos abre un abanico de metáforas dando a entender que las flores y las plantas no son símbolos de vida y belleza, sino de podredumbre, deformidad y terror. Esto sumado a la narrativa folcklorica nos llevará a explorar situaciones como supersticiones y miedos ligados a la tradición japonesa.
Lo que nos lleva a nuestra protagonista, una joven llamada Hinako Shimizu quien carga múltiples traumas relacionados tanto con su pasado como con la sociedad que la rodea. El juego nos va mostrando al personaje enfrentarse a las criaturas sobrenaturales dando a entender que es un reflejo del dolor y la represión que puede sufrir alguien en una cultura rígida. Es una chica llena de inseguridades, miedos y cicatrices emocionales cortesía de un padre violento, alcohólico y opresor. Esto hace que el jugador sea testigo de cómo esos traumas se manifiestan en el mundo retorcido que la rodea. Al igual que en los clásicos, la línea entre realidad y proyección psicológica se difumina constantemente.
Jugabilidad:
La respuesta simple es que el juego mantiene la esencia del survival horror clásico, pero además de ello se le suma mecánicas nuevas adaptadas a la ambientación. El ritmo es pausado, cargado de tensión, con una exploración muy minuciosa de escenarios que combinan paisajes rurales con interiores deteriorados. Yo, como el protagonista deberé de gestionar recursos escasos, sobretodo si lo juegas en dificultad difícil. Esto implicará tomar decisiones estratégicas al momento de decidir si enfrentarse a un monstruo o solo huir. A diferencia de otros títulos donde vas obteniendo armas y artefactos para tu mejora, acá es todo lo contrario, ya que se buscará mantenerte vulnerable e indefenso la mayor parte del tiempo.
Uno de los apartados más interesantes es cómo se ha trabajado la interacción con el entorno. Simplemente es una delicia estos escenarios, ya que las plantas que están por todas partes no son simples elementos decorativos, sino peligros latentes que pueden atrapar, bloquear caminos o incluso modificar el terreno en tiempo real. El jugador debe estar atento no solo a los monstruos, sino al propio espacio que se retuerce a medida que avanza. Esta fusión entre ambientación y jugabilidad aporta frescura a la fórmula logrando una mayor concentración al momento de explorar.
Con respecto a los puzles podemos decir que se ha vuelto a los origenes, más que nada por el tema de dificultad y exploración para resolverlos. No se limitan a abrir puertas o descifrar códigos, sino que están profundamente integrados en el contexto cultural y folclórico japonés. Esto hará que tengas que observar con detalle el entorno y así tener nuevas pistas narrativas que se esconden en murales, objetos antiguos o referencias simbólicas. La complejidad de algunos puzzles será un reto tanto intelectual como emocional, ya que habrán momentos de mucha tensión y de apuro.
Parte de la jugabilidad es tener que hablar del combate y es que si bien Hinako es una chica que aparentemente luce débil, siempre tendrá fuerzas para luchar contra los espectros y no son pocas las batallas sino en cantidad hasta exagerada. Podría decirse que en momentos pareciera un juego de aventura y acción por los combates, más aún si le sumamos las mecánicas especiales para la lucha. Está muy mal llamado catalogarlo de Soulslike porque no tiene nada de ello excepto por los contraataques o presentaciones alucinantes de jefes. Más allá de ello solo se incorporó nuevas mecánicas de combate para facilitar tu jugabilidad. Claro está que tendremos los típicos golpes básicos pero ágiles con tu arma de cuerpo a cuerpo, como también los golpes fuertes que te ayudarán a aturdir al enemigo.
Estos golpes poderosos hacen que tengas más tiempo para acertar otro golpe lo cual me lleva al dilema de que todos los combates son así. Más allá de que visualmente el enemigo se ve aterrador y sus movimientos son algo impredecibles, Hinako puede sencillamente tanquear y acabar con ellos o escapar escondiendose o corriendo. Hinako puede enfocarse y usar la concentración para poder acertar poderosos ataques, pero esto hará que reduzca su barra de cordura.
Esta cordura es la salud mental de nuestra protagonista y para no caer en la locura podremos usar objetos que nos ayudarán a reestablecer nuestro enfoque y así poder seguir. También tenemos la opción de uso de artefactos u objetos que nos ayudará como una especie de accesorios (Omamoris). Para entender mejor podremos visitar la Hokora o punto de guardado.
Eso si, el combate no es el eje central. Se basa más en la improvisación y la supervivencia que en la confrontación directa. Las armas disponibles son limitadas, rudimentarias y con durabilidad restringida, lo que refuerza la sensación de fragilidad. En lugar de buscar enfrentamientos frecuentes, el juego empuja al jugador a considerar la huida o el sigilo como opciones más seguras. Esto genera una tensión constante, ya que nunca se tiene la certeza de poder enfrentar al próximo enemigo.
El sigilo es esencial en el juego. El entorno ofrece múltiples posibilidades para evitar ser detectado, desde esconderse entre la vegetación hasta utilizar el ruido ambiental para distraer criaturas. El diseño fomenta una sensación de acecho, donde el jugador no siempre sabe qué lo está observando, obligándolo a moverse con cautela y planificar cada paso. Esta mecánica, bien implementada, hace que cada encuentro sea único y cargado de adrenalina. Por lo que nunca tendrás tiempo para dejar tu mando un momento para hacer otra cosa.
Algo que sin duda es digno de mencionar es la gestión psicológica del personaje ya que también se considera parte de la jugabilidad. La protagonista reacciona al terror como respiración agitada, visión distorsionada, temblores, todo lo cual afecta directamente al control y a la precisión de las acciones. Esa conexión emocional intensifica la inmersión en cada momento.
Los escenarios contienen múltiples documentos, notas y objetos que expanden el trasfondo de la historia. Al igual que en los clásicos, comprender los secretos depende de la curiosidad del jugador y su disposición a investigar cada rincón. Este recurso enriquece la experiencia, ya que permite reconstruir la tragedia que rodea a la protagonista y su entorno, a través de fragmentos dispersos que van tomando sentido poco a poco. Esto ayudará mucho para ir entendiendo mejor esta nueva historia y saber más de lo que se viene.
Audiovisual:
Los escenarios están dominados por paisajes rurales japoneses, con una belleza inquietante que rápidamente se corrompe en visiones grotescas. El uso de colores vivos, sobre todo en las flores, genera un impacto visual único, pues lo que debería ser bello se convierte en un recordatorio constante de lo antinatural y perturbador. Esta estética retorcida hace que el horror sea aún más desconcertante. Dándonos un paisaje lúgubre y bello a la vez. Esto si le sumamos a los personajes vestidos de colegiales en un mundo tétrico hace que la experiencia se sienta muy desconcertante.
El diseño de criaturas es otra de las grandes virtudes del título. Inspiradas tanto en la biología floral como en deformaciones humanas, las criaturas transmiten un horror visceral y simbólico. No son simples enemigos, sino representaciones de temas psicológicos y sociales que atraviesan la historia. Su presencia genera incomodidad incluso antes de atacarte, y cada una parece tener una lógica propia dentro de la pesadilla que rodea a la protagonista. Sin duda la inmersión hace que todo se sienta tan real que sentirás hasta escalofríos al ver como de la nada los enemigos salen para atacarte.
En lo sonoro, el juego mantiene la herencia de Silent Hill con efectos ambientales perturbadores, ruidos inexplicables y silencios cargados de tensión. La música, bajo la dirección de compositores ligados a la franquicia, logra un equilibrio entre lo melódico y lo siniestro. Algunas piezas evocan la nostalgia de los clásicos, mientras que otras experimentan con sonidos más experimentales que refuerzan el tono japonés y folclórico del título. Para ser más exactos, se recomienda usar cascos para una experiencia alucinante.
La dirección artística juega un papel crucial y nos muestra un contraste entre escenarios rurales aparentemente tranquilos y su transformación en paisajes retorcidos. El detalle con que se representa la flora, la arquuitectura japonesa y la decadencia progresiva de los entornos da al jugador la sensación de estar atrapado en un lugar que respira y se deforma junto a la protagonista. Algo que lo sientes con el pasar de las horas.
Este título se puede jugar en dos modos, uno de rendimiento y otro de calidad. El de rendimiento busca los 60 fps pero sacrifica mucho la resolución y algunos efectos visuales, mientras que el de calidad se fija en 30 fps pero con una imagen más definida y estable. La dirección artística y la atmósfera del juego compensan estos detalles, con una niebla densa, iluminación trabajada y la flora retorcida que se ve impresionante en pantalla.
Conclusión:
Silent Hill f es una apuesta muy acertada que tomó su riesgo, pero fue necesario para darle frescura a la saga. Trasladar el pequeño pueblo de Silent Hill a una Japón antigua no es sencillo, pero el espíritu de este clásico lo sientes desde la primera hora de juego. Mantiene las bases del survival horror clásico, mientras introduce mecánicas como la cordura y los contraataques. El combate se siente un poco cargado en cuanto a la cantidad de veces que tienes que luchar, pero si eres de los que aman el sigilo puedes simplemente esconderte o huir. Su propuesta audiovisual es impactante, su narrativa promete explorar traumas desde un punto de vista psicológico y su jugabilidad refuerza la tensión clásica que siempre caracterizó a la franquicia. Es un título que invita a ser jugado con paciencia y disposición a sumergirse en un nuevo viaje oscuro y perturbador. Un juego que te gustará de todas maneras.
Lo Bueno:
- Atmósfera y ambientación inmersiva.
- Dirección artística impactante.
- Iluminación y niebla bien logradas.
- Flora retorcida muy original.
- Buena elección de protagonista.
- La trama inquietante y trepidante.
- La banda sonora impecable.
Lo Malo:
- Sacrificio de detalles visuales.
- Parpadeos en zonas complejas.
- Una gran diferencia entre el modo historia y dificultad difícil.
NOTA:
92/100
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