Durante el confinamiento en el año 2020, el comercio electrónico experimentó un aumento sin precedentes, alcanzando magnitudes nunca antes vistas.
Viajemos en el tiempo a un momento verdaderamente revolucionario: el año 1979. En aquel entonces, Michael Aldrich, un genio adelantado a su tiempo, dio vida a un concepto que cambiaría el curso de la historia: el comercio en línea. A través del uso de la magia del videotex, un servicio de mensajes de doble vía, Aldrich abrió las puertas a un nuevo mundo de posibilidades para las empresas, y así nació el glorioso comercio electrónico tal como lo conocemos hoy en día.
Desde sus humildes inicios, el comercio electrónico ha experimentado una transformación épica, avanzando a pasos agigantados y conquistando nuevas alturas en su camino hacia la grandeza. En 2011, se reveló un dato asombroso: el 74% de las personas utilizaba sus teléfonos móviles como valiosos aliados durante sus compras. Y lo que es aún más impresionante, el 79% de esas personas no solo se limitaba a navegar y explorar, sino que también realizaba compras reales.
El comercio en línea se ha convertido en un protagonista indiscutible en la adquisición de productos, y su relevancia solo ha crecido con el tiempo. Durante el confinamiento en el año 2020, el comercio electrónico experimentó un aumento sin precedentes, alcanzando magnitudes nunca antes vistas.
En la industria de la moda, el año 2020 fue un punto de inflexión que desencadenó un impacto monumental en su transformación digital. Según un informe de la consultora McKinsey, el crecimiento del comercio electrónico de moda se aceleró de tal manera que "diez años de crecimiento esperado se comprimieron en solo tres meses". Esta revolución impulsó la adopción masiva de tecnologías digitales en todos los eslabones de la cadena de moda, transformando la forma en que los productos se diseñan, producen y venden.
Desde las casas de moda más prestigiosas hasta las tiendas con descuentos, todos se sumaron a la carrera hacia la transformación digital en el mundo de la moda. Rápidamente se adaptaron a las nuevas tecnologías y abrazaron la digitalización de procesos como nunca antes. La realidad virtual y aumentada se convirtieron en herramientas imprescindibles, permitiendo a los clientes sumergirse en experiencias interactivas y vivir la moda de una manera completamente nueva. Además, la digitalización de patrones y la estampación digital se convirtieron en aliados poderosos, impulsando la innovación y la personalización a niveles sin precedentes, todo con el objetivo claro de mejorar la experiencia del cliente y llevarla a un nivel extraordinario.
Los portales y aplicaciones de moda han simplificado la experiencia de compra al ofrecer catálogos extensos y detallados, comparaciones de precios y revisiones de productos detallados que ayudan a los consumidores a tomar decisiones informadas. La tecnología de realidad aumentada (AR) ha cambiado drásticamente la experiencia de prueba y ajuste, permitiendo a los usuarios probarse ropa y accesorios utilizando la cámara de su laptop antes de comprarlos.
Sin embargo, en este entorno digital también es importante mantener la seguridad en las compras en línea. La empresa Acer ofrece consejos para hacerlo: utilizar una conexión segura, verificar la seguridad del sitio web, utilizar métodos de pago seguros, investigar al vendedor y al producto, y proteger tu equipo manteniendo el software actualizado y evitando enlaces sospechosos o descargas de sitios web desconocidos.
En definitiva, la moda ha experimentado una revolución considerable con la digitalización, transformando la forma en que se diseñan, producen y venden los productos. La tecnología digital ha traído consigo la flexibilidad en la producción, la realidad virtual y aumentada, la digitalización de procesos y la sostenibilidad, entre otros aspectos, que están cambiando todo en esta dinámica industria.
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