Análisis: Clair Obscur: Expedition 33

Si Final Fantasy hubiera seguido siendo por turnos, me hubiera gustado que tomara este camino.



El 24 de abril, Sandfall Interactive lanzó para PS5, Xbox Series y PC, el RPG por turno Clair Obscur: Expedition 33. Toda una gran sorpresa, que también está disponible en Game Pass y Game Pass PC. #PCGamePassPartner

En un mundo azotado por un ciclo de muerte impuesto por una entidad enigmática conocida como la Pintora, cada año marca el fin de la existencia para todos aquellos cuyo nombre es plasmado en su lienzo. Nadie escapa a su pincel: cuando la Pintora dibuja, las personas literalmente desaparecen del mundo, borradas no solo físicamente, sino también de la memoria colectiva. Esta condena anual ha sumido a la humanidad en una existencia resignada y fragmentada, donde el olvido es una amenaza tan temida como la muerte misma.

Frente a esta tragedia cíclica, surge la Expedición 33, un grupo de élite compuesto por individuos que han logrado desafiar el olvido y conservar la memoria de aquellos que han caído. Liderados por Gustave, nuestro protagonista, estos expedicionarios se embarcan en una misión suicida: romper el ciclo y destruir a la Pintora, una figura casi divina que habita en una versión surrealista de París, desbordante de belleza, decadencia y melancolía.



Resulta que la primera expedición fue la 00, la 2da la 99, y así sucesivamente bajando hasta la 33. Lo que significa que existen 67 expediciones anteriormente, que nunca volvieron a casa. Esta nueva expedición 33, también irá descubriendo lo sucedido con las anteriores expediciones. 

La jugabilidad de Clair Obscur: Expedition 33 se construye en base de un sistema clásico de combate por turnos clásico de los RPG, pero añadiéndole elementos de acción en tiempo real que exigen reflejos, precisión y concentración, en cada turno. El resultado es un sistema híbrido, que antes hemos visto en Persona o en Mario y Luigi,  logra hacer que cada batalla se sienta viva, dinámica y peligrosa, sin perder la profundidad táctica.

Cada encuentro en Clair Obscur comienza como un RPG tradicional: eliges acciones desde un menú, administras puntos de habilidad y evalúas el orden de los turnos. Sin embargo, una vez que un enemigo ataca, la cámara se sitúa en primera persona y te da el control directo para esquivar, bloquear o incluso contraatacar en tiempo real. 

Durante los turnos ofensivos, puedes apuntar manualmente a partes específicas del enemigo para maximizar el daño o aplicar efectos de estado. Esto otorga un nivel de interacción directa poco habitual en los JRPG modernos. Del mismo modo, al defenderte, no solo puedes mitigar el daño, sino también desviar proyectiles con tu arma o rodar para evitar ataques devastadores. 


El juego incorpora un sistema de mejora de habilidades que permite especializar a tus personajes según tu estilo de juego. Gustave, por ejemplo, puede orientarse hacia un rol más ofensivo o defensivo, mientras que otros miembros del escuadrón aportan magia, apoyo o control de campo. La gestión de recursos, como los puntos de acción y los tiempos de recarga, obliga a tomar decisiones tácticas incluso fuera del combate.

Además, existen elementos de exploración y misiones secundarias que, aunque no son el centro del juego, aportan variedad y contexto al mundo que habitamos. El avance no es lineal al 100%; hay espacios para desviarse, mejorar habilidades o encontrar secretos narrativos que enriquecen la experiencia.

Uno de los aspectos más relevantes en Clair Obscur: Expedition 33 es cómo estructura su experiencia: se trata de una aventura de duración media, con una narrativa muy dirigida, un ritmo bien definido y una dificultad que no perdona errores. Lejos de ofrecer un mundo abierto o una estructura expansiva, el juego apuesta por una propuesta compacta, intensa y sin relleno, que pone el foco en el impacto emocional y el dominio de su sistema de combate.


La campaña principal de Clair Obscur puede completarse en unas 20 a 25 horas, dependiendo del tiempo que el jugador dedique a las misiones secundarias, la exploración opcional y el perfeccionamiento del combate. No es un RPG de 80 horas, ni lo pretende ser: el juego apuesta por una narrativa concisa, con una progresión bien marcada y sin desvíos innecesarios. Cada capítulo está diseñado para avanzar tanto en historia como en jugabilidad, y rara vez hay momentos que se sientan de relleno.

Este enfoque más compacto resulta refrescante en un panorama donde muchos títulos alargan su duración artificialmente. Aquí, cada encuentro, cada cinemática y cada paso que damos tiene un propósito, lo cual refuerza la intensidad emocional del viaje.

Desde el primer momento, Clair Obscur deja claro que no será un paseo. Los combates exigen aprender los patrones enemigos, dominar las esquivas en tiempo real, saber cuándo bloquear o disparar, y optimizar cada turno de manera estratégica. Los enemigos no solo pegan fuerte: muchos castigan duramente la falta de atención o la improvisación. No es extraño morir en un combate mal calculado, incluso si tu equipo está bien preparado.


En cuanto a la estructura, Clair Obscur es un juego marcadamente lineal. El recorrido está dividido en capítulos y escenarios que se suceden de forma casi cinematográfica. No hay un mundo abierto ni libertad total para explorar, aunque sí se permiten pequeñas bifurcaciones y zonas opcionales que enriquecen la narrativa y ofrecen desafíos extra.

Esta linealidad, lejos de ser un defecto, funciona en favor del ritmo narrativo. El juego sabe cuándo avanzar, cuándo ofrecerte combate, y cuándo frenar para dejar espacio a los diálogos o al desarrollo de los personajes. Si bien puede decepcionar a quienes buscan una experiencia más libre o expansiva, también aporta una sensación de dirección clara, con un enfoque constante en la historia principal y el crecimiento del protagonista.

Si Clair Obscur: Expedition 33 destaca por algo más allá de su sistema de combate, es por su apabullante dirección artística y su uso del sonido como herramienta emocional y narrativa. El juego es un espectáculo sensorial donde cada escena parece salida de un cuadro, y cada nota musical refuerza el tono melancólico, épico o desesperado de la historia.


Desde el primer momento, Clair Obscur se distancia visualmente del resto de RPG actuales. Su mundo está inspirado en el simbolismo y el impresionismo francés, lo que se traduce en escenarios oníricos, difusos y al mismo tiempo cargados de intención artística. Las calles de esta reinterpretación surrealista de París están repletas de arquitectura decadente, luces que atraviesan el polvo, estatuas rotas y paisajes que parecen haber sido pintados con óleo sobre lienzo.

La Pintora no es solo una entidad dentro del juego: es una presencia que se siente en cada rincón del mundo. Todo, desde los menús hasta las animaciones de combate, respira ese estilo artístico que mezcla belleza y angustia. No se busca el fotorrealismo, sino la expresividad visual. Cada zona tiene una paleta de colores definida, y el juego no duda en usar contrastes extremos —luz y sombra, claridad y caos— para generar sensaciones constantes de vulnerabilidad y asombro.

Las animaciones en combate son fluidas y coreografiadas con precisión, con efectos visuales que refuerzan la intensidad de los turnos. Desde una ráfaga mágica hasta un desvío en el momento justo, cada acción tiene un impacto visual que hace sentir al jugador que está participando activamente en una obra de arte en movimiento.



La banda sonora de Clair Obscur es tan envolvente como su apartado visual. Compuesta principalmente por temas orquestales, la música sabe cuándo imponerse con fuerza y cuándo desaparecer para dejar espacio al silencio o al sonido ambiental. Las piezas principales combinan melodías melancólicas con coros etéreos, transmitiendo constantemente la sensación de que estamos luchando contra algo más grande que nosotros.

Durante los combates, la música se intensifica sin volverse estridente. No es una fanfarria tradicional, sino una orquestación elegante que refuerza el dramatismo de cada encuentro. En los momentos narrativos, la música puede volverse casi imperceptible, pero su presencia sigue marcando el ritmo emocional de cada escena.

El diseño sonoro también está cuidado al detalle. Las voces de los personajes (disponibles en varios idiomas con una actuación destacada) transmiten emociones complejas sin necesidad de exageraciones. Eso sí, recomendamos la voces en inglés, interpretadas por un excelente elenco como Charlie Cox, Ben Starr o Andy Serkis .Los efectos de sonido —desde un espadazo hasta el crujido de una estructura derrumbándose— tienen el peso justo para reforzar la atmósfera sin saturar.



Conclusión: 


Clair Obscur: Expedition 33 ha resultado toda una sorpresa, consiguiendo ser una experiencia RPG profundamente artística, intensa y emocional que destaca por su sistema de combate híbrido de combates por turnos. Lejos de extenderse artificialmente, su duración ajustada y su estructura lineal permiten un ritmo firme, donde cada batalla, escena y decisión tiene peso. A través de un mundo melancólico y aterrador,  y con un elenco de personajes memorables, el juego de Sandfall Interactive ofrece una propuesta única dentro del género, ideal para quienes buscan algo diferente, desafiante y estéticamente impactante.

Lo bueno 

- Excelente sistema de combate 
- El diseño de los enemigos
- En general, dirección artística sobresaliente
- El OST


Lo malo

- Menús de batalla un poco tediosos, sobre todo al abrir habilidades

NOTA
90/100




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